Los pasos ideales a seguir previos son los siguientes:
- Limpiar la piel, ya puede ser con un gel limpiador facial o con leche limpiadora y tónico.
- Pasaríamos a la exfoliación, paso que no debe realizarse diariamente, ya que sería muy agresivo para nuestra piel. La frecuencia de la aplicación dependerá del tipo de piel, por ejemplo, una piel grasa deberá exfoliarse una o dos veces a la semana, mientras que una piel seca necesitará realizarla cada 10 o 15 días. Pero antes de aplicar una mascarilla, si es recomendable hacer este paso previamente. ¡Ah! y recordar que SIEMPRE hay que humedecer la piel antes de la exfoliación, ya que de no ser así podríamos dañar los capilares.
- En este punto procederíamos a aplicar la mascarilla en el rostro. Su aplicación se podrá realizar con las manos o con una brocha que tengamos por casa y no empleemos para el maquillaje, sería ideal que fuera de cerdas sintéticas, ya que las mascarillas son productos fluidos. Con respecto a la duración, decir que por lo general debemos mantenerla en el rostro entre 10 y 20 minutos, pero esto dependerá del tipo de mascarilla.
- Pasado el período estipulado pasaríamos a retirar la mascarilla con agua abundante y templada.
- Si tras aplicar agua abundantemente nos quedan restos, yo personalmente me los retiro con una esponja vegetal húmeda.
Distintos tipos de mascarillas, para distintos tipos de piel
En el mercado encontramos una gran variedad de mascarillas, para distintos tipos de piel, en diversos formatos e incluso, que cumplen varios objetivos en una sola mascarilla.
En rasgos generales, yo las diferencio en cuatro grandes grupos:
- Humectantes y nutrientes: también las encontraréis como hidratantes, ya que su función primordial es hidratar y nutrir la piel, pues contienen fundamentalmente aceites y muy poca agua. Los aceites son muy buenos humectantes (excepción: minerales), ya que se caracterizan por aportar a la piel una rápida absorción. Los humectantes ayudan a hidratar la piel e impiden que pierda humedad, por eso estas mascarillas están especialmente recomendadas para pieles secas o normales. Se caracterizan por aportar a nuestra piel jugosidad y rejuvenecerla, disimulando incluso las pequeñas líneas de expresión ( es decir, no quitan las arrugas), siempre y cuando su uso sea frecuente. Solemos encontrarlas de frutas, que desprenden un olor buenísimo, y además nos ayudan a relajarnos más fácilmente. Si tu piel es normal, es suficiente con que te apliques una a la semana, mientras que si es especialmente seca, yo incluso te recomendaría dos veces en semana. Estas mascarillas también las puedes usar con la piel grasa, pero con mayor control, siempre y cunado no nos empeoren la situación del sebo en el rostro. El objetivo primordial de estas mascarillas es el de mantener y proteger nuestra piel, y eso lo necesitamos todas.
- Limpiadoras profundas : este tipo es ideal para pieles grasas, fundamentalmente, y mixtas, concretamente en la zona de la T (frente, nariz y barbilla). Se caracterizan por eliminar las impurezas de la piel, el exceso de grasa y limpian en profundidad nuestros poros (siendo de obligada aplicación en aquellas personas que tengan exceso de puntos negros). Para conseguir unos buenos resultados, debemos de ser constantes en su aplicación, así es como único lograremos regular el exceso de sebo. Si vuestra piel es grasa, lo recomendable sería aplicarla una o dos veces a la semana, mientras que si es seca, cada 15 o 20 días, o simplemente cuando notemos los poros muy abiertos y con suciedad. Por último, añadir que con el uso frecuente también ayudamos a prevenir las espinillas.
- Purificantes: En este caso también se caracterizan por eliminar impurezas y evitar la aparición de espinillas. Tras su aplicación dejan un aspecto en el rostro revitalizado. Además son muy relajantes ya que actúan sobre el sistema nervioso, pues su composición suele ser de aceites esenciales y algas. En este caso se recomiendan para todo tipo de pieles.
- Revitalizantes: más indicadas para pieles maduras . Su objetivo básico es estimular la actividad celular y oxigenar la epidermis, ayudando a una mayor absorción por parte de la piel. Pues una vez la piel la absorbe recobra su salud y luce descansada, por lo que será necesario aplicarla en aquellas pieles apagadas, sin luminosidad. Se puede aplicar prácticamente en cualquier tipo de piel, una o dos veces por semana, dependiendo de nuestro caso.
- Reafirmantes: también éstas están indicadas para pieles maduras, o incluso para pieles jóvenes, en aquellos casos en los que comienzan a notar que la piel pierde elasticidad, y se observan ciertos síntomas de flacidez. Se dice que con ellas conseguimos un efecto lifting, ya que nuestra piel recupera elasticidad y eliminamos ese aspecto de cansancio, aportan mayor firmeza y suavidad, ayudando incluso a disimular las arruguillas. La edad ideal para comenzar a aplicar este tipo de mascarillas, sería entre los 25 y los 30, para así conseguir prevenir esa flacidez que vendrá de la mano con los años.
Tras haber hecho esta clasificación de los tipos de mascarillas, debo recalcar que actualmente en el mercado se encuentran mascarillas que cubren varias de estas funciones en una sola. Por lo que esta clasificación es simplemente orientativa, para que más o menos cuando vayáis en busca de una, sepáis lo que os lleváis. También deciros que existen otro tipo de mascarillas como las peel off, pero que no os he comentado porque nunca he usado una, y me parece que son bastante agresivas, por lo que no me atrevo con ellas.
Consejillo: no aplicar la mascarilla en el contorno de ojos y labios, ya que en estas zonas tenemos una piel más fina y más delicada que en el resto del rostro. ¡Ah! y si queremos potenciar los efectos de la mascarilla, nos ponemos frente a una fuente de agua que emane vapor.
A continuación, os dejo las fotillos de unas mascarillas que tengo yo ahora mismo, por si os doy alguna idea para vosotras ;-)
Como podéis observar viene en formato mono dosis,y en un envase como de crema para varias aplicaciones.
En las fotos podéis ver mascarillas de distintos tipos, hidratantes, purificantes, revitalizantes, nutritivas, limpiadoras, y alguna que tiene varias funciones (por ejemplo la de barro con chocolate es limpiadora, revitalizante e hidratante). Además deciros, que no tenéis por qué comprarlas, ya que hay un millón de formas para haceros mascarillas faciales caseras, para cualquiera de los casos.
Pues nada más, espero haberos ayudado, y si alguien nos quiere aportar más información bienvenida sea ;-)¡Hasta la próxima!
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